La penicilina comenzó a utilizarse de forma masiva en la Segunda Guerra Mundial, donde se hizo evidente su valor terapéutico. Desde entonces, se ha utilizado con gran eficacia en el tratamiento contra gran número de gérmenes infecciosos, especialmente cocos; en este sentido, se ha mostrado sumamente útil para combatir enfermedades como la gonorrea y la sífilis.
En realidad, la penicilina inició la era de los antibióticos, sustancias que han permitido aumentar los índices de esperanza de vida en prácticamente todo el mundo. De hecho, el modelo de preparación de los antibióticos proviene de la penicilina. De la misma manera, la relativa simplicidad del núcleo de la estructura de esta sustancia, así como la facilidad de las sustituciones en sus radicales extremos, han permitido que, en la actualidad, se encuentren numerosas penicilinas semisintéticas
Hay varios tipos diferentes de penicilinas. Cada uno se utiliza para tratar diferentes tipos de infecciones. En general no se puede usar un tipo de penicilina en lugar de otro. Además, las penicilinas se utilizan para tratar infecciones bacterianas en muchas partes diferentes del cuerpo. A veces se administra con otros medicamentos antibacterianos (antibióticos). Algunas de las penicilinas también se puede usar para otras enfermedades según lo determine su médico. Sin embargo, ninguna de las penicilinas es efectiva para resfriados, gripe u otras infecciones virales.
Este producto está disponible en las siguientes formas de dosificación:
- polvo para suspensión
- tableta
- tableta masticable
- tableta para Suspensión
- tableta de liberación prolongada
- cápsula
- polvo para Solución
- suspensión
- solución
- jarabe
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